
El sueño es un fenómeno muy sensible a nuestro estado emocional. Muchas personas no pueden dormir por la noche debido a que comienzan a tener pensamientos negativos en los que magnifican las preocupaciones, por lo que dormirse pasa a ser una quimera.
Estar ansiosos durante el día hace que acumulemos pequeños estados de ansiedad que, al llegar la noche, cuando necesitamos desconectar la mente, para dormirnos, impiden al cerebro ordenar esta desconexión.
Si eres de aquellas personas, con tendencia a la preocupación excesiva, es bueno que te reserves un tiempo, durante el día, para gestionar aquellas preocupaciones que se te van presentando durante el día.
Anotalas en un papel, para poder cambiarlas, por otras afirmaciones que tengan un tono más optimista y esperanzador a tus problemas.
Nuestros pensamientos son muy valiosos, nos dan mucha información, sobre situaciones que quizás no estamos manejando del todo bien y, aunque incomoden, si los escuchas con atención y les dedicas atención plena, te darán las claves de qué podemos cambiar para que disminuyan o desaparezcan. Así que primero escucha, después acepta y, si puedes, cámbialo.
Muchas veces, primero sentimos la manifestación: se pueden presentar presión en el pecho, ahogo, sudoración. Es justo entonces, cuando debemos parar y pensar cuál ha sido nuestro último pensamiento. Anotarás en una lista los pensamientos que te generan ansiedad y verás que la mayoría de las veces, se repiten una y otra vez.
¿Cómo gestionar los pensamientos, ante la dificultad para dormir?
Uno de los aspectos más importantes, es: no obsesionarse, ni hacerse preguntas tipo: ¿Por qué no puedo dormir? Mejor, plantéate: ¿qué puedo hacer si no me duermo? Esta forma de pensar te ayudará a disminuir la ansiedad y reconducir la situación. Esto sucede cuando nos enfocamos, no tanto en el qué nos está pasando, sino en el cómo respondemos ante esa situación, interviniendo en los factores que dependen de nosotros.
Así que vamos a tomar riendas en el asunto, con la técnica del STOP: Para que, cada vez, que detectes que, el runrún, ha empezado en tu cabeza y no te deja estar tranquilo, te dirás por dentro, de forma contundente “¡STOP!” y del stop, cada una de sus letras, adquiere un significado, por lo que es una palabra que significa otras palabras:
- S: Saber parar: date cuenta de la entrada de pensamientos y detén su flujo.
- T: Toma un respiro: inhala, exhala, como si expulsaras el pensamiento por tu boca.
- O: Observa, reconoce lo que hay, ¿qué es lo que te ha preocupado? Observa la situación de forma descriptiva, sin implicación emocional, toma distancia, perspectiva de la situación.
- P: Procede, busca alguna actividad, que distraiga al cerebro y evite el regreso del pensamiento intrusivo.