Mindfulness Eating: aprender a adelgazar sin dietas

Oriol Mercadé es el psicólogo de la unidad de Obesidad y Salud de la Clínica Londres de Barcelona y Sabadell.

Comer-sano-todos-dias

Comer sin ganas, por aburrimiento, ansiedad, estrés, insatisfacción o miedo. Comer por comer y sentirse culpable después. Si quieres romper esta relación insana con la comida, tal vez pueda ayudarte la alimentación consciente o Mindful Eating

La alimentación consciente o Mindful Eating -como se conoce al método en EEUU- te enseña a comer sin dietas: se trata de aprender a relacionarte de manera sana con la comida y en definitiva contigo misma.

¿Qué es la alimentación consciente;

Tiene su origen en el ‘mindfulness’ -conciencia plena- del Dr. Jon Kabat-Zinn de la UMASS, de Massachusetts, y en su programa de reducción de estrés, así como en técnicas de inteligencia emocional. No pone la atención en qué comer, sino en cómo y para qué comemos. “Se trata de adoptar una serie de hábitos que te enseñan a relacionarte con la comida y en definitiva contigo mismo de un modo diferente. Sin hacer ningún tipo de dieta, consiste en ser consciente tanto de tus sensaciones físicas -hambre y saciedad- como de tus emociones, para ser libre de elegir cuándo empezar y cuándo terminar de comer”,
Aquí van algunas técnicas para controlar ese hambre emocional.
 
Con Mindfulness eating tomamos conciencia de los 7 tipos de hambre que tenemos: visual, olfactiva, bucal, estomacal,mental, celular o de corazon…
1. Comer por los ojos. El sentido de la vista es un potente estimulante del apetito, nos atraen las manzanas más rojas o las moras más brillantes.
2. Hambre por olores. Seguro que no has podido resistir la tentación de comprar pan o bollos cuando pasas por un horno a primera hora. Es normal, en la antigüedad, el sentido del olfato nos indicaba donde estaban los alimentos y se agudiza cuando estamos en ayunas.
3. Hambre de sabores nuevos. Es lo que nos pasa cuando vamos a un restaurante oriental y pedimos varios platos con sabores dulces, salados, amargos, etc., no podemos parar a pesar de que hemos comido suficiente. Mastica despacio para que tu estómago tenga tiempo de enviar la señal de saciedad al cerebro. O ponte una norma: solo un postre dulce a la semana.
4. Hambre de estómago. Es el hambre física, cuando nos suenan las tripas. Hay que aprender a reconocerlo para saber si es hambre real y necesitamos comer o es un mal hábito, por ejemplo, si siempre has tomado un vaso de leche con galletas antes de acostarte, aunque hayas terminado la cena hace una hora, tienes esa costumbre y necesitas reeducar al estómago para que no te pida su comida a esa hora.

5. Hambre celular. Es el hambre que experimentamos los seres vivos que nos conduce a buscar alimentos para sobrevivir. Nacemos con una apetencia innata por alimentos dulces para obtener energía o por alimentos salados para evitar la deshidratación. Si tu cuerpo te pide algo dulce o salado, te está enviando una señal de que falta algo, revisa la dieta, la hidratación, el sueño y el entrenamiento.
6. Hambre mental. Cuando lees que el chocolate negro es rico en antioxidantes, racionalizas el estudio para justificar tu “enganche” al chocolate, por ejemplo. Es el poder de la mente.
7. Hambre de corazón. Es un hambre sentimental, al buscar en las comidas favoritas el vacío que nos entristece, y que intentamos recuperar con alimentos asociados a la felicidad y a los buenos tiempos.Es importante analizar nuestros sentimientos y no dejarnos llevar por la autocompasión del “pobre de mí, al menos la comida nunca me falla”.


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    Obre el xat
    1
    Hola! Escriu la teva situació i el que necessites...